Mal olor corporal | Bromhidrosis - Bromohidrosis - Osmhidrosis

Mal olor corporal | Bromhidrosis - Bromohidrosis - Osmhidrosis

Las personas que experimentan un  mal olor  corporal  sufren de una afección conocida como  bromhidrosis  u osmidrosis que hace que, por mucho desodorante, antitranspirante o perfume que utilicen y a pesar de que se laven casi constantemente, el hedor permanezca la mayor parte del tiempo. El síndrome afecta cada aspecto de la vida de la persona afectada: escuela, trabajo, amistades, romance, actividades deportivas, incluso el ir de compras. Ahora existen diferentes tratamientos para aliviar esta molesta afección, pero para obtener los beneficios máximos es importante comprender completamente tanto la naturaleza del problema como el accionar de los tratamientos. 

 

 

¿Por qué tengo bromhidrosis?

 

La piel contiene dos tipos de glándulas sudoríficas: ecrinas y apocrinas, cuyas secreciones pueden causar mal olor corporal. Las glándulas ecrinas, que se encuentran en grandes cantidades por todo el cuerpo, segregan un líquido acuoso conocido como sudoración que ayuda a controlar la temperatura del cuerpo. Normalmente este líquido es inodoro a menos que esté contaminado con otras secreciones o residuos cutáneos que pueden causar la producción de olores desagradables.

Las glándulas apocrinas son mucho menos abundantes y se encuentran principalmente en las axilas y en el área ano-genital y producen pequeñas cantidades de una sustancia cerosa de los folículos de pelo cercanos. La cantidad de cera producida por los afectados por la bromhidrosis es mucho mayor de lo normal. Los malos olores son causados por la acción de la flora bacteriana de la piel que ocurre normalmente al descomponer las cantidades excesivas de ese “alimento ceroso”. Por consiguiente, el éxito de cualquier tratamiento depende su habilidad para reducir la actividad de las glándulas apocrinas y las bacterias de la piel.

Información básica sobre la bromhidrosis

Las glándulas aprocinas no tienen una importancia fisiológica conocida en la vida moderna, ya que su papel de “glándulas productoras de aromas” se perdió hace mucho tiempo en nuestro pasado evolutivo, desgraciadamente hay varios trastornos dermatológicos característicos en las que estas glándulas están implicadas. El control del olor penetrante del sudor apocrino es considerado como una necesidad imperante por la mayor parte de la sociedad moderna. Tan sólo los norteamericanos gastan más de 800 millones de dólares anuales en la compra de desodorantes y antitranspirantes axilares.

La cera/sudor producidos por las glándulas apocrinas son los únicos productos naturales del cuerpo que cuando son descompuestos por bacteria producen el mal olor caracteristico. Nada puede ser sustituido por el sudor apocrino y producir el mismo olor: ni sebo, pelo, sudor ordinario (ecrino), escalas de queratina ni ninguna combinación de éstos. En realidad, este olor puede ser tan penetrante y prominente que a pesar de que su origen esté en la axila solamente se le ha dado la designación común de “olor corporal”.

La bromhidrosis apocrina nunca ocurre antes de la pubertad porque las glándulas pertinentes no son activas durante la pre-pubescencia. También es menos probable en las personas ancianas. El sudor apocrino es estéril e inodoro cuando aparece por primera vez en la superficie de la piel. Sin embargo, antes de una hora la bacteria degrada el color hasta el punto en que el clásico olor acre es detectable. Los ácidos grasos y el amoniaco son los principales productos odoríferos de esta descomposición bacteriana. Por lo tanto puede detectarse una gama de olores: olor a humedad, ráncido, fecal, agrio y dulce, reflejando por supuesto las diferencias en la composición química de la sudoración axilar de cada persona. El pelo y la ropa también proporcionan lugares de retención del sudor oloroso lo cual contribuye mucho al problema de producción de olor.

La bromhidrosis ocurre en todas las razas aunque hay variaciones en su frecuencia según las razas. Las glándulas apocrinas de personas de ascendencia africana son las mayores y las más activas. Los asiáticos tienen las glándulas más pequeñas y menos activas. Más allá de esto, las variaciones en la frecuencia de la bromhidrosis no se han explicado. Hay diferencias individuales en la composición del sudor apocrino pero todavía no se han realizado estudios para determinar los factores causales. Los hábitos de higiene (o la falta de los mismos) probablemente explique por qué el problema es más frecuente en los hombres.

El diagnóstico de la bromhidrosis

El diagnóstico de la bromhidrosis apocrina se puede realizar fácilmente si el examinador tiene una función nasal normal. Sin embargo, debe observarse una distinción muy importante entre el verdadero paciente de bromhidrosis y la persona bromhidrosifóbica, que es una persona que tiene un temor malsano de los olores corporales así como imágenes poco realistas sobre cómo huelen realmente o, en este caso, como creen que huelen. Esta falsa ilusión sensorial puede ser una señal temprana que advierte de la posibilidad de esquizofrenia. Las alucinaciones olfatorias también pueden ser una señal de una enfermedad neurológica. En general, las personas con bromhidrosis apocrina no descuidan su higiene personal. Lavan sus axilas con regularidad (a veces varias veces al día), usualmente con un jabón germicida. Esto consigue dos cosas: la eliminación del sudor apocrino y la inhibición temporal de la bacteria axilar.

 

Antitranspirantes de grado médico como parte de un régimen completo

En resumen, los factores principales a considerar para el tratamiento exitoso de la bromhidrosis son: disminuir la cantidad de bacterias naturales en la piel y mientras sea posible eliminar la mayor parte del “alimento” de la piel que permite el desarrollo de la bacteria (limpiando su piel varias veces al día con algodones empapados con alcohol y duchándose dos veces al día utilizando jabón germicida). Las personas que también sufren de hiperhidrosis, en primer lugar deben considerar seriamente este problema antes de intentar resolver su bromhidrosis.

Afeitar el pelo axilar es una necesidad absoluta para todos los pacientes (hombres y mujeres) que padecen de bromhidrosis apocrina para evitar la acumulación de sudor y bacteria en las hebras del cabello y por consiguiente el mal olor axilar. Además de afeitarse, los pacientes deben tener disponibles en todo momento toallitas humedecidas en alcohol (las toallitas o hisopos para antes de aplicar una inyección se pueden obtener en farmacias) para hacerse limpiezas regulares entre duchas.

Tal como se ha sugerido anteriormente, cremas que contienen antibiótico, cremas antioxidantes (con vitamina E), productos de Farnesol/ aceite de té de árbol, jabones y lociones germicidas, y toallitas impregnadas de alcohol puedan dar resultado. El afeitado de las axilas es importante y el uso de un antitranspirante eficaz contra la hiperhidrosis para mantener la piel seca es vital.

Es indudable que un antitranspirante de grado médico es eficaz para mantener la piel muy seca, lo que origina un entorno desfavorable para la reproducción de la flora de la piel y en sí es otra ventaja importante para que controle esta condición tan desagradable. Menos bacteria significa menos olores.

En los últimos años el principal adelanto en el tratamiento de la bromhidrosis ha sido el uso de la electrólisis, su doctor le puede recomendar a un especialista que se dedique a esta práctica. Este proceso no sólo elimina todo el vello axilar no deseado sino que además detiene las secreciones no deseadas originadas por las glándulas apocrinas. El tratamiento realizado por un electrólogo capacitado puede durar varias semanas pero puede cambiar realmente la vida de una persona.

El uso regular de un desodorante axilar varias veces al día ayudará a suprimir las bacterias axilares. En contra de lo que se podría esperar, el aluminio metálico, el circonio o las sales de zinc que contienen la mayoría de los antitranspirantes vendidos sin receta no ejercen ninguna acción antitranspirante en las glándulas apocrinas, pero funcionan bien en las glándulas ecrinas y los agentes antibacterianos de los desodorantes son eficaces en ambas glándulas.

Otra forma obvia de suprimir el olor axilar es utilizar perfumes para cubrir o enmascarar los olores desagradables, sin embargo debe tomarse en cuenta que los perfumes presentan el riesgo de sensibilidad alérgica. La mayoría de los desodorantes axilares también contienen perfumes, pero para aquellos pacientes para los que esto constituye un problema, en el mercado hay ahora algunas preparaciones que carecen de fragancia. Los antibióticos como las cremas de neomicina o gentamicina son desodorantes axilares eficaces, pero también presentan el riesgo de sensibilidad alérgica causada por contacto, especialmente en el caso de la neomicina. Los antioxidantes como la crema de vitamina E, pueden ayudar y los productos de Farnesol/ productos de aceite de té también han probado ser útiles sin causar esa sensibilidad provocada por otros productos no orgánicos.

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.