La enfermedad conocida como hiperhidrosis dificulta notablemente las relaciones sociales. Este artículo cubre las causas más frecuentes que los pacientes con sudoración excesiva suelen tener, cuando el origen es sobre todo psicológico.
La sudoración excesiva como componente de la ansiedad
Una de las causas de la hiperhidrosis o la sudoración excesiva es el componente psicológico de la persona. No es extraño que este embarazoso problema aparezca en una situación de ansiedad o fobia a una determinada situación, u ocurra cuando el paciente comience a pensar que las sensaciones experimentadas se le van de las manos. La sudoración excesiva puede aparecer también como resultado de un conjunto de pensamientos negativos que han formado una situación caótica para el sujeto.
Para solucionar los síntomas de la sudoración, cuando el componente psicológico es el más predominante, una buena forma es afrontar una terapia psicológica. Los síntomas de la sudoración excesiva en este caso, basada en momentos de tensión puntuales, pueden corregirse sabiendo cuál es el problema psicológico que ha ocasionado esa ansiedad. Por ello es importante confiar en los profesionales y encontrar una buena salida a la situación actual. Cuando todo ese conjunto de problemas o de pensamientos negativos se soluciona, los niveles de ansiedad bajarán y también la hiperhidrosis.
Los impedimentos de la sudoración excesiva
La sudoración excesiva y sus problemas sociales se derivan de una serie de impedimentos. Los pacientes con ansiedad en momentos determinados de su vida, por ejemplo en relación a la fobia de hablar en público, presentan el problema de que la hiperhidrosis les impide una realización personal. A nivel psicológico, sudar mucho y el resto de los síntomas de esta ansiedad a menudo hacen que el paciente se refugie en sí mismo, en lugar de buscar la ayuda médica o de apoyarse en otras personas.
A menudo se puede pensar que la sudoración excesiva no se deriva de la ansiedad en sí. De esta forma se genera un sentimiento de culpabilidad añadido, y no se piensa en buscar las soluciones necesarias para atajar el problema. Para ello la mejor solución es pensar en que son épocas que se pueden presentar a lo largo de nuestra vida, como puede ser cualquiera de las anécdotas buenas o malas en el recorrido por ésta. Los síntomas como la sudoración excesiva son fenómenos fisiológicos como consecuencia a una situación psicológica. Aunque estos síntomas se presenten de forma real y jueguen un papel por desgracia muy importante en las relaciones humanas y laborales, lo que hay que tratar es no crear un trauma a partir de la sudoración excesiva, pensando en que la desaparición llegará cuando el paciente haya conseguido superar sus problemas. Nos encontramos con personas que a causa de la sudoración excesiva no pueden desarrollarse en cualquiera de las facetas de su vida, por eso una ayuda es encontrar la causa que generó estos trastornos, mediante el conocimiento de la propia vida. La superación de las dificultades es la clave para sentirse relajado.